¿Hacia Dónde nos lleva este Virus?

Hace ya décadas que nuestro comportamiento es cada vez más individualista. Años atrás, cuando todos éramos igual de pobres, todos teníamos algo que hemos perdido. No quiero llamarlo conciencia de clase porque no soy Marxista, pero en realidad, era conciencia de clase. La gente se ayudaba, se apoyaba en el vecino, pedía favores y preguntaba cómo llegar a los sitios. Pero actualmente ya no somos todos pobres. Gracias al capitalismo en el que vivimos la gran mayoría somos autosuficientes en constante sufrimiento, o lo que es lo mismo, autosufrientes. Por lo visto eso es más que un motivo para convertirnos en el elementos egoístas, subversivos y huraños. 
Hoy tenemos Google maps para llegar a los sitios, Whatsapp para hablar con los mismos de siempre, ordenador y Amazon para hacer lo que queramos en casa y no necesitar así pasar por sitios públicos como la biblioteca dónde igual podríamos conocer a alguien interesante. Tinder o Grinder para ligar y Globo para que algún pobre chaval nos traiga la comida a casa. Twitter para discutir o insultar desde el sofá. Alexa para que nos haga y pida la lista de la compra. Tenemos una manera individualista de transportarnos, sea en vehículo propio o en el metro, escuchando nuestra música. En general somos más ricos económicamente, pero somos mucho más pobres en valores, y cada vez estamos más solos y más controlados por empresarios y gobiernos con mucho dinero y muy pocos escrúpulos. 
 
No soy de esos que creen que la tierra es plana, y que somos víctimas de un complot mundial para mantenernos encerrados. Pero lo que está muy claro es que alguien está aprovechando las circunstancias para cambiar cosas para mal, que ya hace tiempo se deberían estar cambiando para bien. Por ejemplo, ¿a quién puede interesarle que se teletrabaje desde casa? A cualquier jefe que se pueda ahorrar el alquiler de una oficina y que se haya dado cuenta ya de que la gente sigue trabajando igual o incluso más desde casa, sin horarios y con el factor sorpresa de la llamadita del jefe en cualquier momento.
 
Se podría usar el teletrabajo para permitir que la gente consiga una mejor conciliación entre la vida profesional y la vida privada. Se podría aprovechar este paréntesis de contaminación para establecer nuevas leyes medioambientales que limiten la emisión de partículas nocivas. Se podría aprovechar el recorte de gasto privado para dar un mayor poder adquisitivo al trabajador. Podríamos fomentar las actividades culturales por internet, pagando por supuesto, y educando por el camino con unos valores que en la realidad se han perdido y que online directamente no existen, como es el respeto y apoyo hacia cualquiera que dedique su vida a la cultura. 
 
Quién sabe si realmente habrá alguien con mucho poder que esté feliz viendo este panorama. Los motivos podrían ser infinitos. Pero sea cierto o no que alguien o algún ente haya provocado esta crisis, la realidad es que, con el paso de los años y con el avance de la tecnología, seguimos convirtiéndonos en seres que cada vez se relacionan peor entre ellos, que defienden menos sus propios derechos, porque van perdiendo la fuerza del colectivo, y que ceden a los gobiernos aquello que quieren desde el inicio de la creación de la figura del estado. Control absoluto del individuo. 
 
Dejemos seguir ganando al Capital y al Estado y en unos años nos habremos convertido en un famoso libro de Orwell. 
















*Fotografía de algún lector de El Confidencial representando la soledad digital

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