Hoy vamos a empezar una nueva sección. Se va a llamar “Anormales con poder” y tiene como primer invitado a un tipo de color naranja capaz de arrasar la faz de la tierra si se lo propusiera. Un elemento al que le ha sido otorgada la mayor fuerza militar del mundo, obviando el hecho de que tenga la edad mental de un niño rico y estúpido de 14 años.
La verdad es que sería mucho más interesante hacer una sección en la que analizar a los “Normales con poder”, pero eso no puede ser porque no hay nadie normal, y por tanto no puede haber nadie normal en el poder. Queda pendiente pues analizar por qué seguimos entregando el poder a individuos de manera tan particular.
En fin, la cuestión es que desde que Trump es presidente, no dejo de analizar su comportamiento. Al principio por miedo, pensando que la investidura de semejante mamarracho pudiera llevar al mundo a una guerra sin precedentes, pero más adelante por simple curiosidad. La verdad es que el de éste, es un comportamiento con un patrón muy establecido que cada X tiempo pone a la opinión pública mundial patas arriba. Todo el mundo cree que no sabe lo que hace, que es muy tonto o que es un maldito enfermo mental sin escrúpulos de ningún tipo. De estas tres opciones, diría que la única que puede ser real es la tercera. Desde luego, de tonto no tiene un pelo.
El proceso a seguir si quieres parecerte a Trump es muy sencillo.
1- Haz de ti un personaje al que las hordas de anormalitos de tu país adoren. Esto no debe ser muy difícil teniendo dinero, pues lo han conseguido también Abascal, Salvini, Johnson… Sólo hay que expresar opiniones radicales, rancias, chungas y tener los medios para que tus potenciales seguidores se enteren de ellas.
2- Una vez tengas un colchón de mamarrachos que te cubren el culo ya puedes aprovechar para decir o hacer aún más locuras. Este proceso sólo aumentará tu lista de seguidores y en realidad, no hace falta que te calientes mucho los cascos, pues todos aquellos que te siguen no se preocupan de lo que realmente haces sino de lo que ellos creen que haces. Básicamente mientras aparentes ser un racista, homófobo y retrógrado de mierda, vas perfecto.
3- El dinero, es a la vez la base de tus argumentos y el objetivo último. No lo olvides, esto te servirá tanto para señalar con el dedito naranja a aquellos que causan todos tus problemas como para justificar todas las mierdas que se te ocurran. Tus gremblincitos se alimentan de dinero y pueden justificar guerras por él sin ningún tipo de problema.
4- Bien, ya tienes bastantes cosas a favor. Ahora, fija un objetivo y a liarla. Insulta a un dictador, invade un país, separa niños de sus familias, corta por lo sano al mayor fabricante de teléfonos del país enemigo. En fin, haz cosas muy, pero que muy malotas. La prensa se encargará de darte todo el bombo que buscas.
5- Crea una cuenta en twitter y echa leña al fuego. Tiene que quedar bien claro que no tienes ningún miedo, que eres el sheriff, que no habrá paz para los enemigos de tu querido país ¡!Ouuuh Mamma!!, cuánto más se te vaya la olla, mejor. No te preocupes de momento por las represalias, dos trillones de dólares en armamento militar cubren tus patrióticas y valientes espaldas.
6- Cuando ya todo el mundo crea que estamos al borde de la hecatombe, cuando la gran guerra sea ya inminente, es hora de callarse. Este es el punto más interesante del comportamiento de Trump. Una vez liada, es hora de ponerse a trabajar. Contacta a tu enemigo de buen rollo, ten un buen gesto, escribe un buen “Deal” y házselo llegar. Lo cierto es que esta mierda de estrategia parece funcionarle a nuestro querido saquito de grasa con peluquín. Por lo visto, los enemigos también le tienen miedo en el fondo y el actuar de este modo, parece conseguir siempre que los ánimos se calmen en el último momento para llegar como mínimo a un punto intermedio. Le ha funcionado con el “Rocket man”, con el muro de México, y hasta con los Chinos.
Lo cierto es que hasta ahora, el susodicho ha conseguido salir del paso con cierta habilidad usando únicamente los 6 puntos anteriormente descritos.
Sin embargo, las cosas parecen haberse complicado a principios del 2020. Estamos en época de reelecciones y aquello que suele bastar para tener a los borreguitos entretenidos no basta si tu objetivo es que te vuelvan a elegir. Hay que ir un poco más allá. Pero esta vez, puede que el éxtasis del momento haya empujado a nuestro queridísimo héroe a liarla como nunca antes. Asesinar al general Soleimani puede haber hecho que todo este circo se le escape de las manos. Irán ha izado la bandera de guerra y es conocimiento general que a diferencia de las estrategias de Trump, esta gente no se anda con bravuconadas, simplemente actúan. Puede que esta vez el naranjito original la haya liado como nunca. Es muy probable que no haya “Deal” capaz de solucionar este embrollo, que su estupidez y su arrogancia lleven por fin al mundo a la muerte y la destrucción que tanto tiempo lleva tanteando.
Y la realidad es que mientras las estúpidas mayorías sigan otorgando el poder en base al dinero y a los supremacismos, merecido lo tendremos.
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