Un Viejo Resurgir


La mayoría de las personas tiene una opinión sobre lo que está pasando en Inglaterra, sobre lo que puede pasar en Cataluña. Sobre esta presión y contrapresión de políticos polarizados que pretenden tener toda la razón. Personalmente, me da todo igual. Vivo en Cataluña y sé que pase lo que pase los cambios que vengan nos harán pasarlo aún peor durante un tiempo, para acabar volviendo al mismo punto en el que estamos ahora. Si fuera de Birmingham, pensaría lo mismo. 

¿Acaso vivimos hoy bien? ¿Podríamos vivir mejor? ¿Cómo?

Es evidente que bajo el mando del Capitalismo actual, todas las posibilidades son las mismas. Conseguir a cualquier precio el crecimiento económico, “El progreso” que nos han vendido por la tele. No importa ya nuestro bienestar mental, nuestro tiempo ni nuestra cultura. Aquí sólo importa lo político y lo económico. 

Una vez vi una película en la que el protagonista – conduciendo a toda velocidad por la gran vía – iba pitando a diestro y siniestro y decía; “Pero hombre, apártense! ¿Es que no ven que tengo prisa?” Cada vez que cojo el coche y voy tarde, pienso en esa frase. Pero entonces me doy cuenta de que todos aquellos a los que intento adelantar van igual que yo. Hoy todo el mundo tiene prisa. La vorágine económica en la que vivimos nos empuja a tener prisa. Tenemos la necesidad que producir más gastando menos hasta el infinito y eso se paga con la salud. 

Reino unido entra ahora en una fase de independización de la mentira que ha supuesto Europa hasta el día de hoy pero no aprovechará la oportunidad para hacer algo mejor. Simplemente intentará seguir el ritmo al capitalismo. Todo el mundo está preocupado por la recesión que sufrirán al partir del tratado de libre comercio en el que hoy viven. Se romperán la cabeza intentando encontrar otro y seguro que lo harán pronto entrando en la órbita de los Estados Unidos Americanos o de Japón. Mercados todavía más implacables que el Europeo. 

¿Tiene todo esto algún sentido? Europa es una Utopía. Ojalá pudiéramos ser un pueblo unido que comercia con sentido y que se respeta. Simplemente, no lo somos ni lo hemos sido nunca, porque lo único que respetamos es el dinero. Los Brexiters o los independentistas catalanes creen que van a encontrar ese mundo ideal al pegarle una patada en las pelotas a sus actuales prestamistas, pero sólo encontrarán nuevos prestamistas más gordos y más feos, porque los políticos que dirigen estos movimientos sólo persiguen el dinero y la fama a nivel personal y no les tiembla el pulso a la hora de llevar a un pueblo a pasar hambre. 

El Capitalismo es a la vez el motivo de existencia y el castigo más duro por llegar para los Brexiters. Ellos no lo saben, pero aquello que les estrujó para creer que se estará mejor fuera de esta falsa y corrompida unión será lo que los castigue más duramente. Como escupir al cielo y creer que llueve. 

El único progreso posible está en parar, en volver atrás, en centrar nuestras vidas en nuestro tiempo, nuestra cultura y nuestro bienestar; olvidándonos de ideas y soluciones políticas. 

Pero, ¿quién parará al monstruo que nos aplasta, si pararlo implica morir? 



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